Durante los últimos años (sobre todo durante el siglo XXI)
el mundo de los videojuegos ha cambiado mucho y también se ha vuelto algo más habitual
en nuestras vidas. Esto tiene cosas buenas y también malas. Cosas buenas como
la mejora de los gráficos, el poder relacionarte de una forma antes impensable
y la (cada vez) mejor jugabilidad. Pero también están las cosas, malas como uno
de los temas de los que voy a argumentar hoy.
Desde siempre, cuando las cosas han tenido éxito ha habido un
grupo de personas que han sabido aprovecharse de ese éxito. Cuando digo que se
aprovechan me refiero en el tema económico. Un caso muy simple y muy normal,
que incluso nos beneficia de alguna forma, es el de las fundas de los móviles o
los accesorios para los mismos. Sacan un nuevo teléfono móvil y si ven que
tienen éxito sacan fundas, accesorios para mejorar la comunicación, etc. Pero
en el caso del mundo de los videojuegos, la forma de aprovecharse ha sido, en
mi opinión, de sinvergüenzas. Explico. Sacan un juego, este tiene un éxito
considerable, pero los juegos desde siempre han tenido un principio y un final.
Cuando el juego se acaba, ya no se le puede sacar más provecho. Y ahí es cuando
entran las “expansiones”. Las expansiones han estado desde siempre, sobretodo
en el mundo del PC. Pero aprovecharon el tener un servicio de venta online en
la misma consola(Play Station Network o Xbox live) para sacar estas expansiones.
Ahí todo bien, ya que si quieres seguir disfrutando de un juego que te ha
gustado pagas una cantidad (que normalmente no supera los 30€) y disfrutas de
unas pocas horas más. Es algo voluntario, si lo haces es por qué quieres. Pero
las empresas querían algo más. Necesitaban sacar de alguna forma algo más de
beneficio aunque no estuvieran en algún tipo de apuro. Por eso pensaron que
sería una buena idea vender los juegos incompletos. Cuando digo incompletos me
refiero a que para poder disfrutar al máximo del juego es necesario pagar una
cierta cantidad, que para lo que es, no merece la pena, y además pagar el
precio del juego en sí, que normalmente supera los 50€. Lo peor es que ponen
como excusa que lo que están sacando, es una expansión. Cuando lo que estas
pagando, es un trozo del juego. Esto se demuestra de una forma bastante
complicada, pero que los amantes de los videojuegos han sabido cómo. Digamos
que de alguna forma editan la programación del juego. Es decir, pueden eliminar
las barreras que te impiden llegar a ese contenido que supuestamente se
considera “expansión”. Así es como en juegos como Skyrim, Resident
Evil o Strett Fighter vs. Tekken se han encontrado nuevas
zonas, personajes, objetos que si ellos no podrías terminar al 100% el juego.
Creo que esto es lamentable y despreciable. Pero no toda acaba en esto. Todavía
me quedan dos casos más que sacan aún más de quicio. Son los casos del ‘Pase
online’ y de las cuentas ‘Premium’. Un pase online, como
indica su nombre es un pase que consigues por internet para poder acceder al
contenido online del juego. Esto nació hace unos 2 años y significa que si
quieres poder jugar online con demás gente vas a tener que pagar una cierta
cantidad. Esto no suele afectarte si te compras el juego completo, pero si por
ejemplo no puedes comprarte el juego por su elevado e injusto precio y te lo
quieres comprar de segunda mano (algo que se ha vuelto muy habitual en tiendas
como GAME
y GAME
STOP) no podrías acceder a este contenido por que el anterior
propietario del juego ya había canjeado el pase online para pode jugar. Esto
significa que las ventas de videojuegos bajaran una pequeña cantidad y que la
gente dejará de confiar en las compañías que han llevado a cabo esa
desfachatez. Digo desconfianza en las compañías por que han sido compañías que
han estado siempre presentes en el mundo de los videojuegos y que se han aprovechado del jugador habitual
de sus juegos para sacar esto y que la gente lo compre. Pero si eres lo suficiente
inteligente, comenzarás a desconfiar de esas compañías.
Ahora viene el caso de los juegos ‘Premium’. Como piratas
que somos algunos, nos hemos dado cuenta de que cuando íbamos a descargar un
archivo nos ha saltado publicidad de hacernos una ‘Cuenta Premium’ para poder
descargar antes, con más memoria y con más seguridad y calidad. Esta
ciertamente relacionado con el temas de los videojuegos, pero mucho más
injusto. Esto comenzó hace un año con un juego llamado ‘Call of Duty: Modern Warfare 3’,
donde si querías crear una especie de “clan” con tus amigos y tener una cierta ventaja de grupo tenías que
pagar al mes una cierta cantidad de dinero que sin duda no compensaba el mal
juego que es. Pues cuando salió esto al mismo tiempo presentaron un juego que
iba a cambiar mucho las cosas. Era el ‘Battlefield 3’, un juego parecido,
bélico, en primera persona, con online y con una tremenda jugabilidad. Y para
llamar más la atención (que es como lo veo yo ahora después de la situación)
decidieron hacer un online totalmente genial y gratuito en el que no iba
a ver ningún tipo de diferencia entre los jugadores a la hora de jugar online.
Pero la cosa es que cuando sacaron el jugo pusieron al ‘Call of Duty’ por los
suelos, diciendo que el nuevo servicio de cuentas Premium era algo “estúpido” y
que hacía que desapareciera el “jugador tradicional”. Pues resulta que hace nada
menos que unas semanas sacaron la noticia de un nuevo servicio de cuentas
Premium para ‘Battlefield 3’. Vamos, que nos han tomado el pelo a todos los
compradores. Y para colmo, el servicio ‘Premium’ es parecido al del ‘Call
Of Duty’ solo que al jugar online podrás acceder a cosas que el resto
de jugadores (vamos, los que no pagan) no pueden. Cosas como acceder antes a
los servidores de las partidas y conseguir ventajas sobre el resto. Esto es sin
duda una de las peores cosas que las compañías de ‘Battlefield’, ‘DICE’
y ‘EA’,
nos han hecho a los jugadores y yo recomiendo no volver a comprar un juego de
estas nefastas e hipócritas compañías.
Conclusión, el mundo de los videojuegos va de mal en peor,
donde las empresas de videojuegos solo se mueven por el dinero, perdiendo así
al jugador clásico, lo que les llevará (y esto ya está empezando) a numerosas
críticas y a un pequeño descenso de ventas, que por desgracia no notarán.